sábado, 18 de septiembre de 2010
Deuda pública de Tequila será de 54 millones en 2010
Por Alberto Pérez García
TEQUILA -- Información proporcionada por el Gobierno Municipal de Tequila a través de la Unidad de Transparencia, en respuesta a una solicitud de información hecha por un servidor, confirma que la deuda pública municipal asciende a 39 millones de pesos, hasta agosto de 2010. La veracidad de este dato ya fue cotejada con la Registro Estatal de Deuda Pública.
Si a esta cantidad le sumamos los 15 millones de pesos que en días pasados aprobó solicitar el Ayuntamiento de Tequila, en sesiones de cabildo de los días 23 de julio y 5 de agosto, se deduce mediante una sencilla ecuación aritmética que la deuda andará en aproximadamente 54 millones de pesos a fines de este año.
Lo anterior significa que tan solo en los últimos cuatro años, durante la administración de Guillermo Cordero y ahora Germán García, la deuda habrá incrementado casi 30 millones de pesos.
A esta cantidad habría que aumentarle los montos que resulten de posibles sentencias adversas en dos docenas de juicios laborales interpuestos por trabajadores del Ayuntamiento, quienes se quejan de haber sido despedidos injustamente y sin el procedimiento administrativo de ley.
Lamentablemente, si tomamos en cuenta las obligaciones por el pago de la deuda en los próximos diez años, así como la exorbitante nómina de 37 millones anuales que actualmente tiene el Ayuntamiento, los recortes presupuestales estatales y federales, pero principalmente el comportamiento de las autoridades municipales en los últimos cuatro años, las preguntas obligadas son:
¿Es ya impagable la deuda pública del Municipio de Tequila? ¿Es solo cuestión de tiempo para que el Ayuntamiento se declare en quiebra? ¿Se está condenando a las próximas tres administraciones a ser meros pagadores de las obligaciones contraídas hoy? ¿A este ritmo, cuánta deuda recibirá el siguiente gobierno?
CONCEPTOS DE DEUDA
En 1997 la administración de Félix García heredó una deuda de aproximadamente un millón y medio de pesos a la de Gustavo Macías, quien a su vez le dejó compromisos por casi cuatro millones de pesos a la administración de Lupe Núñez.
Es aquí donde el asunto comienza a salir de control pues tres años después el “Presidente Amigo” le heredó un costal de casi 28 millones de deuda a Miguel Marín; éste a su vez logró reducir el monto a casi 24 millones de pesos.
En septiembre del 2009 el Ayuntamiento presidido por Guillermo Cordero adquirió de BANOBRAS un crédito por 15 millones de pesos, a un plazo de diez años, de los cuales aún se deben 13 millones 600 mil pesos.
Un año después, el Ayuntamiento presidido por Germán García adquirirá otro crédito por 36 millones de pesos. De esta cantidad, 21 millones se utilizarían para pagar cuatro créditos anteriores con BANOBRAS, incluyendo el obtenido en el 2002 para la compra del terreno del Instituto Tecnológico, del cual aún se adeudan dos millones de pesos.
Así las cosas, el plan es consolidar las obligaciones con BANOBRAS en dos líneas de crédito, una por 15 millones que solicitó Cordero y otra por 36 millones que solicita Germán García.
Otra deuda se tiene con la Secretaría de Finanzas por la compra de una Motoconformadora en el 2007 y un tractor Bulldozer en el 2009, restando por pagar un millón 233 mil pesos.
Hay también diversos adeudos con prestamistas particulares que en total suman dos millones 712 mil 600 pesos hasta agosto de 2010. La identidad de estos acreedores no fue revelada; lo que sí se sabe es que algunos de estos préstamos se pagan a intereses más elevados de los que se pudieran pagar con la banca comercial, por razones que no son difíciles de imaginar.
NO DEUDA; NO OBRAS
En los últimos años la política estatal y federal en materia de obra pública se ha caracterizado por requerir un porcentaje de participación al gobierno municipal, de manera que el Ayuntamiento se ve obligado a dedicar recursos propios o pedir prestado para obtener obras, aunque a veces también pide aportaciones a los beneficiarios o recibe donativos de empresas.
En el 2010, por ejemplo, el Ayuntamiento tiene planeado participar en siete obras que requieren en total 15 millones de pesos de recurso municipal, entre ellas la construcción de viviendas (5,000,000), la segunda etapa de imagen urbana de la Avenida Sixto Gorjón (5,000,000), reconstrucción de la fachada de la presidencia (3,000,000), construcción de un parián gastronómico en el mercado Cleofas Mota (760,000), la rehabilitación de caminos rurales y una caja de agua en la delegación de El Salvador (1,000,000) y un puente en la Colonia El Texcalame (220,000).
Si bien es cierto la aportación municipal se requiere en el momento y difícilmente el Ayuntamiento tiene disponibles los recursos, es por eso que se busca obtener créditos, para que las obras no se vayan a otros municipios.
Lo ideal, en estos casos, sería que dichos compromisos de deuda se adquirieran y cumplieran dentro de los tres años de la administración, para permitir al siguiente gobierno operar sin adeudos previos. Sin embargo, es cada vez más común hacer obras hoy y que las paguen otros después. Esto fue el caso más notoriamente con Lupe Núñez y últimamente con Guillermo Cordero y Germán García.
Lamentablemente, la costosa estrategia de compra de voluntades, el despilfarro en fiestas, el pago de favores políticos vía nómina y el costo económico de las revanchas políticas, absorben cada vez más recursos municipales y elevan el gasto corriente, haciéndose más necesario contraer deuda para pagar las obras, al grado que actualmente si no es con deuda o aportaciones de los beneficiarios el Ayuntamiento no haría casi nada.
Ojala que este comentario sea tomado en cuenta por la ciudadanía como el inicio de un amplio debate sobre el presente y el futuro de la deuda pública municipal, así como sus causas y posibles consecuencias.
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