jueves, 17 de junio de 2010

Director de deportes debe renunciar


Por Alberto Pérez García

En días pasados recibí una denuncia anónima vía correo electrónico manifestando que cerca de los depósitos de agua de la Unidad Deportiva 24 de Enero, bajo la sombra de un frondoso árbol, se reúnen cada fin de semana un grupo de señores para convivir e ingerir bebidas alcohólicas, entre ellos el titular de la Dirección de Fomento Deportivo del Municipio de Tequila, el señor Raúl Arreola Plascencia.
Por tal motivo el pasado 6 de junio a la 1:30 p.m. acudí a dicho espacio público para constatar la veracidad de la denuncia y, lamentablemente, tenía razón. Y digo lamentablemente porque lejos de admitir lo equivocado de su conducta, Arreola optó por una actitud de molestia, ante la presencia de un servidor.
Si bien las personas allí presentes no admitieron a que se les tomara una foto como evidencia de esta transgresión al Reglamento de Policía y Buen Gobierno de Tequila, si reconocieron que el ingerir bebidas alcohólicas en la unidad deportiva es “un mal ejemplo para los jóvenes deportistas” y “algo que no está bien y va en contra del reglamento”.
Por otro lado, argumentaron de manera conveniente a su favor, que en todas las unidades deportivas, en la calle, en los portales y en otros lugares públicos se consumen e incluso se venden bebidas alcohólicas. Tienen razón, pero la realidad es que no es justificación el hecho de que Tequila sea un “verdadero desorden” en materia de aplicación del reglamento de policía, como para ignorar esta disposición municipal.
Esto es aún más cierto para el mismísimo director del deporte en el municipio, quien parece estar más interesado en quedar bien con los jaibolistas que con los futbolistas.
Esta lamentable situación se suma a la opinión pública, ya generalizada, de que Arreola no tiene la capacidad ni la disposición de cumplir con sus obligaciones como director de deportes. Es ampliamente comentado tanto en la presidencia municipal como entre muchos deportistas que Arreola “no hace nada para merecer el puesto, y el sueldo”.
Pregunté al regidor de deportes, Ramón Acosta, su opinión al respecto. Manifestó que “ésta actitud va en contra de la ética”, que ya platicó con Arreola sobre el asunto pero que “sólo Arreola es responsable de sus actos en su tiempo libre”, además de que “no se puede saber si estaba tomando vino o solo refresco”.
Admito que fue una respuesta muy franca, pero no por eso menos cínica.
Cierto es que Raúl Arreola puede tomarse sus tragos e ignorar el reglamento si así lo desea, pero que no lo haga mientras los tequilenses le pagamos su sueldo como funcionario público de confianza y en un espacio como la unidad deportiva donde se supone que es el responsable de velar para que haya un ambiente sano y familiar para la práctica del deporte.
Ya es tiempo de que Raúl Arreola presente su renuncia al cargo de director de deportes, y que le deje el lugar a alguien que en realidad se interese por el deporte y los deportistas; antes que cause más daños a la comunidad deportiva tequilense.
¡QUE RENUNCIE, YA!

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